domingo, 9 de abril de 2017

Pausa

Iba a hacer un mega drama con lo de siempre pero decidí hacer una sencilla entrada sobre algo que me encanta:







Un sketchbook, según la wikipedia, es un libro de bocetos que los artistas utilizan como parte de su proceso creativo, hay de muchos tipos, el que me interesa es uno en especial, el íntimo.

Cuando hablamos de intimidad, nos referimos a algo que está en lo profundo de nuestro ser, un lugar para nosotros y que pocos comparten con éxito al mundo.


Me llama la atención éste tipo de cosas porque anhelamos trascender pero la mayoría no nacemos con talentos específicos como el canto, la danza, la actuación, el arte de crear un Degas o escribir un Rojo y Negro. Básicamente nos tenemos que adaptar  a ese cerebro que nos tocó, y es ahí donde creo que estos libros son una maravilla, porque no hay reglas escritas para seguir, es puramente salido de nuestro interior, es un espacio para nuestra mente, es nuestro planeta imaginario.








Y bien, si no hay normas y carecemos de la capacidad de aquellos genios que escriben Romeo y Julieta y dibujan una Mona Lisa, lo cierto es que el resultado sería una reverenda porquería, pero lo que hace especial esto es que cuando nos sentimos con necesidad de expresar lo que sentimos recurrimos a esas tácticas de escape, es decir, terminamos haciendo aquello que tal vez nos hace humanos... comunicarnos e intentar con todas nuestras fuerzas hacernos entender con los demás. Es por eso que los niñatos adoran los chismógrafos, las personas más jóvenes las redes sociales (aunque ya se corrompió el verdadero objetivo), los ancianos adoran las charlas y los esquizofrénicos son verdaderos artistas.

El transmitir ideas es una salida de la gente donde esperan ser escuchados y comunicar lo que sienten con gran sentido. Hay una buena razón de esta situación y es que el ser humano es eso: un corazón vivo.

Por eso es delicado hablar de esto. No puedo decir mucho porque no soy de las que hacen sketchbooks, en mi caso yo recurro a coleccionar memorias, pero por lo que he llegado a ver, es algo que no se enseña a cualquiera, es algo tan especial que compartirlo sería ofensa al alma y es que es el corazón quien habla con formas,sucesos y colores.



Pobre cerebro, tener que aguantar tal carga, ahora entiendo por qué Sofía se suicidó.



Mientras tanto Stephen Hawking (una de las mentes más brillantes de nuestros tiempos), nos dice que no es recomendable hacer contacto con seres de otros planetas, pero ¿qué esperaba?


 Nos sentimos tan solos que una sola hoja de papel no es suficiente para expresar una vida, así que buscamos quien nos de una respuesta, una esperanza, una solución total, una verdad absoluta... y si no la encontramos, o nos sentimos decepcionados, recurrimos a la destrucción, es insoportable pensar y guardarse los sentimientos.




Porque una hoja de papel a veces no es suficiente espacio para desahogarse de esta humanidad.






El ser humano es patético y perfecto.