viernes, 1 de noviembre de 2019

Ofrenda al ser más amado

Saben, de hecho son conscientes que desde el inicio  de este blog hablé sobre cuánto amo esta época del año.

Amo ver ofrendas, amo ver calabazas por todas partes, flores amarillas (el amarillo es mi color favorito), etc...

Está noche he preparado una ofrenda significativa para uno de los seres más maravillosos de mi vida:

Larry.



Casi me arranco el corazón el día que se fue y aún su partida me duele en las entrañas.

Lo extraño más que a cualquier ser humano que ha partido o no he vuelto a ver.

A medida de que pasan los meses me doy cuenta que la humanidad no merece a ningún otro ser vivo. Somos demasiado destructivos y llenos de ego. Ni siquiera sabemos la razón de nuestra existencia.


Pero eso ya no importa porque el ya no está, de qué me sirve tener o no tener algo si no puedo tener a mi Larry a mi lado.

Hace unas horas cayó una llovizna que inundó el patio, podías caminar sobre el charco y llegaba al talón.



Muy probablemente fue un regalo del creador aquella encharcación para que Larry (en su forma de pez Betta) pudiera  llegar a mi puerta y así visitarme.... así que hice una ofrenda con sus pertenencias y flores de rosas porque lo hacen más feliz, he inundado nuestra casa..... 




Aunque el dolor jamás va desaparecer, espero que él se emocioné al ver cuánto añoro volver a verlo.


Lo amo y eso no va cambiar jamás.



Aún pienso en que la que debió morir fui yo, él no lo merecía y antes de irme al infierno, desearía como última voluntad volver a verlo nadar....


Perdóname, Larry.

Siempre mereciste algo mejor.