Una mañana comencé a hablarte, ese día me senté a tu lado y fui lo suficientemente valiente para acercarme más.
Tu mirada me enciende como nadie lo ha hecho nunca.
Aquella figura tuya. Aquellos ojos rasgados, esos labios, tu cabello quebrado, la forma en que escuchas y piensas en los errores de los demás pero no les dices nada.
Dejas fluir, los dejas vivir.
A veces pienso que fue una bendición encontrarte. ¿De qué otra manera puedo entender que mi vida volvió a cerrar un ciclo, si no fue en el momento en el que me miraste y sonreíste?
Cada vez que te acercabas a mi, yo lo negaba con todas mis fuerzas. Cuando tus ojos me miraban a lo lejos y me observaban con fijeza, como si no existiera un mañana, esa mirada me pegó como un huracán, huracán que veía bajo tus lentes.
Luego pasó lo impensable, tú fuiste quien más se acercó a mí.
Mientras yo pensaba en un mañana desolador, lo destrozabas por un futuro lleno de luz. Me hiciste ver tus interpretaciones especiales, dejé de tomar en cuenta lo que varias personas me hicieron en el pasado y gracias a ti puede ver una vez más los nidos de los pájaros, las flores escondidas en la ciudad, puede leer libros una vez más, puede abrir los ojos a lo hermoso del universo al que alguna vez le tuve mucho miedo.
Veía tus ojos a través del campo lleno de jóvenes. Y tú me mirabas a lo lejos con la misma intensidad.
Buscaba tu mirada y la encontré fija en mí, más que un regalo es una canción en formas de latidos de mi corazón.
El día en que te dije lo que sentí, pude desquitar todas mis frustraciones, pude sonreír, pude llorar, pude volver a sentir eso llamado pasión.
Mi querido, no tienes idea de las emociones que me causaste, ojalá fuera más lista, preciosa y única para que valiera algo para ti, porque esa es mi facultad, no tengo ni idea de lo que sientes.
Mi vida se desvanece por ti, y a la vez vuelvo a vivir.
Sentados contemplando lo verde, las nubes, sentir el calor o la lluvia, eso no importa, porque compartir un trozo de mí para ti... Sí, lo entiendo... es por eso por lo que Dios me trajo aquí.
Si tuve que pasar una vida sin entender los cómos y porqués, es ahora que ya está claro y es que le diste el sentido que no encontraba a todo.
Una ocasión para contemplarte, para verte sonrojado, para verte reír, un evento para pasar unos segundos a tu lado y que me vuelvas a abrazar con la fuerza de las olas del mar.
Tiraría mi vida al mar para poder soñarte la muerte entera.
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