jueves, 10 de diciembre de 2020

El legado de una persona maravillosa

Tengo una sensación en el estómago, piel y corazón horribles. Es una mezcla de tristeza, horror y nudo.
Esto es impotencia. 

Esta entrada será un desahogo, un llamado y un recuento. 




Hace años decía (de hecho lo comenté durante varias veces en este blog) que una de las materias que más me costó aprender fue Álgebra Lineal. La materia la llevé por primera vez con un profesor que tenía mala fama de reprobar alumnos, y mis compañeros en su mayoría se fueron a ets, dictamen o dieron de baja la materia, nadie pasó. Yo no daba una y reprobé. Pudiera dar excusas pero simplemente no tenía motivación, ganas, ni tiempo para estudiar. Era la época en que no me importaba nada y deseaba desaparecer.

Quisiera contar mucho más acerca de eso, pero iré al punto.

Ya solo me quedaba una oportunidad para pasar esa materia, así que investigué quién era el bueno para enseñar esa materia y de un vídeo en youtube salió el nombre de la profesora Sandra Ibeth.

Hice lo posible por buscar un grupo disponible, por cosas del destino logré entrar a un grupo de la carrera de Ing. en Transporte para cursar esa materia.

Aquella maestra era muy paciente incluso con mediocres como yo, siempre sonreía cuando alguien obtenía un resultado, su clase era profesional y ella siempre se mostró cálida con nosotros. 
Nadie sentía miedo de expresarse, todos cumplían las tareas y todos en clase eran respetuosos. 

Muy pocas veces vi tantos alumnos estar tan centrados en aprender.


De cualquier manera yo soy muy idiota y no me iba muy bien en los exámenes.

Aún así Sandra me motivó a entregar los trabajos, a ser cumplida, incluso me dió la oportunidad de resolver todas las matrices de los exámenes para que promediara.


La última vez que hablé con la Doctora, recuerdo bien ese momento, me dijo que me iba a dar el puntaje para pasar, me faltaban 3 décimas.  Sacó la lista y puso un 6 en la boleta, lo hizo mirándome a los ojos, tenía en la mano todos mis trabajos. Yo no le había exigido pasar simplemente ella me dió esa posibilidad, pero dejó claro en un tono retador lo siguiente:

"En el futuro es posible que en realidad esto que estoy haciendo no te sea una ayuda, todo lo contrario te va afectar, pero eso va depender de ti"

Si no hubiera pasado la materia ese año hubiera desfasado mi curso, no habría tenido posibilidades de seguir estudiando.

Ese día salí del edificio de básicas prometiendo una cosa, que sea lo que fuese yo haría lo posible para que la ayuda de la maestra no fuera en vano. Salí como una mujer nueva de aquel edificio, llorando, fue la primera vez en años que vi y sentí el sol y desde ese momento no volví a reprobar ninguna materia, de hecho en los siguientes semestres mi promedio fue excelente.

Durante mucho tiempo reflexioné sus palabras y cada año superado en UPIICSA quería ir a verla y darle gracias por aquel obsequio.


Recuerdo cada uno de los profesores que tuve en el Instituto pero ninguno me dejó un mensaje tan fuerte como ella. 

Era tan joven, comprensiva, empática, su misericordia en uno de los momentos más difíciles en mi vida es una de las deudas que no soy capaz de pagar.

Me hubiera gustado regresar a aquella escuela y darle las gracias por confiar en mí, por retarme a mejorar, por darme la oportunidad de ser capaz de tener todo lo que he conseguido hasta el momento. Pero por el momento solo quedó el registro de lo sucedido en este blog.

Este año todos perdimos a alguien importante, este 2020 se llevó mis esperanzas de volver a verla, lo peor es que es posible que fuera porque alguien le ha arrebatado los sueños violentamente, una dolorosa pérdida, las circunstancias no las sabemos pero sí las consecuencias... Quien fue el causante no se dió cuenta que al llevarse la vida de ella se ha llevado lo que sería la esperanza de muchos. 


Profesora, de corazón nunca la olvidaré.


Gracias por todo.






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